Tras el secuestro récord de más de una tonelada de droga, Jaldo, en uso de licencia, afirmó que Tucumán tiene una política clara y decidida contra el narcotráfico, sin privilegios ni padrinazgos: "Vamos a fondo y caiga quien caiga".
El gobernador en uso de licencia, Osvaldo Jaldo, realizó un balance sobre el reciente secuestro de más de 1.000 kilos de drogas en la provincia y calificó el hallazgo como resultado tanto de un problema regional como de la decisión política de su gobierno de enfrentar al narcotráfico.
Jaldo señaló primero un problema de control en la frontera norte: "El control de la frontera con el hermano país de Bolivia está fallando, todas las sustancias tóxicas, mayoritariamente en el norte, vienen de Bolivia. Pasaron la frontera, pasaron Jujuy, pasaron Salta y la incautamos en Tucumán".
El mandatario explicó que la provincia llegó a "incautar a esta altura del año casi un 500% más", con cerca de una tonelada de cocaína, y remarcó el impacto que hubiera tenido su circulación: "Si estas toneladas circularan en la provincia de Tucumán, imagínense el daño, el desastre y las muertes que causarían".
El segundo punto de su análisis fue el reforzamiento de la respuesta local: "En Tucumán hemos tomado una decisión política institucional y una lucha frontal contra el narcotráfico y el narcomenudeo con el Operativo Lapacho, con las fuerzas federales y provinciales, la Policía de Tucumán y la Justicia, hemos llegado a incautar y a secuestrar".